viernes, 5 de diciembre de 2014
LA EQUIDAD
El término equidad (del latín aequitas, de aequus,
"igual"; del griego "͗επιεικεία",
virtud de la justicia del caso en concreto) puede definirse, según el Diccionario
de la lengua española, como:
- Cualidad que mueve a dar a cada uno lo que merece
- Justicia, imparcialidad en un trato o un reparto
- la "bondadosa templanza habitual"; a la
propensión a dejarse guiar por el deber o por la conciencia, más que por
la justicia o por la ley escrita;[1]
- la justicia natural, opuesta a la ley escrita
- una moderación en el precio de las cosas o en las
condiciones
- una "disposición del ánimo que mueve a dar a
cada uno lo que merece.[2]
Este ideal está íntimamente enlazado con el precepto exclusivamente
jurídico de Ulpiano en sus tres principios del derecho), el suum
cuique tribuere (dar a cada uno lo suyo).
jueves, 4 de diciembre de 2014
CIUDADANIA

Desde
esta perspectiva, el debate de la ciudadanía está estrechamente unido a las
relaciones de poder o de dominación de los hombres sobre las mujeres negándoles
el ejercicio de la misma. El voto, la propiedad, la libertad para organizarse,
son derechos a los que las mujeres han accedido más tardíamente que los
hombres, encontrándose relegadas en la actualidad a una ciudadanía de segunda:
nutridos grupos de mujeres constituyen las bolsas de pobreza más severas,
soportan mayor grado de violencia, reciben los salarios más bajos y cuentan, en
definitiva, con muchos menos recursos que los hombres.
Como
señala Marshall, ser ciudadana/o de pleno derecho hoy implica "desde el
derecho a un mínimo bienestar y seguridad económica hasta el compartir al
máximo el patrimonio social y a vivir la vida de acuerdo con los estándares
imperantes en la sociedad".
martes, 2 de diciembre de 2014
DIMENCIONES DE LA
CIUDADANIA
Actualmente, el
concepto de ciudadanía va más allá de consideraciones políticas y jurídicas.
Siguiendo a la filósofa Adela Cortina (1947), la elaboración de una teoría de
la ciudadanía en la actualidad ha de considerar como mínimo las dimensione
siguientes:
- 1. Ciudadanía política.
La ciudadanía es,
en principio, la relación política del individuo y el Estado. La ciudadanía
supone un estatuto jurídico que concede un conjunto de derechos civiles (la
protección de la vida, la libertad, la seguridad, la propiedad…) y políticos,
gracias a los cuales el ciudadano puede intervenir en el gobierno y en los
asuntos públicos de su comunidad (votar y ser elegido, participar en
organizaciones políticas, sociales, sindicales y culturales…). En
contrapartida, el ciudadano y la ciudadana han de cumplir ciertas obligaciones
(pagar impuestos, obedecer las leyes y someterse al poder del Estado, entre
otros).
- 2. Ciudadanía social.
Pero el ciudadano
y la ciudadana no son solamente las personas que disfrutan de derechos civiles
y políticos, sino también de derechos sociales. Estos van desde un mínimo de
seguridad económica y bienestar, al derecho al trabajo, a la educación o a la
sanidad. A diferencia de los anteriores, estos derechos no son idénticos en
todos los países democráticos, sino que dependen del nivel económico de cada
Estado. Los derechos sociales van acompañados de obligaciones sociales, como la
de trabajar, pagar impuestos o escolariza a los hijos e hijas.
- 3. Ciudadanía económica.
Además de sujeto
de derechos civiles, políticos y sociales, el ciudadano y la ciudadana de las
sociedades democráticas pueden tener reconocidos ciertos derechos económicos,
como trabajadores, consumidores y productores de bienes y servicios. Por esta
razón han de poder participar en aquellas decisiones económicas que les
afectan, a la vez que ejercer su capacidad crítica en relación con las
actuaciones de empresas e instituciones.
- 4. Ciudadanía civil.
La ciudadanía
civil se refiere a las relaciones no políticas ni económicas de la persona con
la sociedad, relaciones que se concretan en instituciones como la familia, la
escuela, los grupos de amigos, los grupos étnicos o los deportivos. En estas
agrupaciones los ciudadanos y las ciudadanas aprenden actitudes cívicas,
participación social y solidaridad. A través de su actividad en la sociedad
civil, los ciudadanos y las ciudadanas adquieren valores morales y llegan a ser
miembros cívicos, activos y responsables de su sociedad.
La relación de la
persona con los grupos que conforman la sociedad civil es, para autores
contemporáneos, como Aladar Acinture (1929), Charles Taylor (1931) o Michael Walzer
(1935), la dimensión más importante y radical de la ciudadanía. A diferencia de
la ciudadanía política y social, que se limita a recibir pasivamente los
derechos y beneficios que derivan de la condición legal de ciudadano y
ciudadana, la ciudadanía civil es una ciudadanía activa, pendiente de los
intereses colectivos y que invita a responsabilizarse y colaborar con los demás
en la consecución de una sociedad mejor. Para los teóricos de la sociedad
civil, participar en las comunidades y asociaciones es la mejor manera de
llegar a ser un buen ciudadano.
- 5. Ciudadanía intercultural.
La ciudadanía es
un vínculo entre grupos sociales diversos. Por eso si una sociedad es
multicultural, la ciudadanía también ha de ser multicultural, capaz de respetar
las diferentes culturas que conviven en ella. Se puede ser ciudadano
conservando la propia cultura, sin necesidad de ser asimilado por una cultura
dominante, pero respetando y a prendiendo de otras culturas. Ello requiere un
auténtico diálogo intercultural y un verdadero respeto por las diferencias,
siempre que estas no sean discriminatorias o atenten contra los derechos de las
personas.
- 6. Ciudadanía global o cosmopolita.
La idea de ciudadanía global, en fin, expresa la
necesidad de democráticos. A menudo, la asunción de objetivos y
responsabilidades ciudadanas no va más allá de los que se plantean los grupos
sociales a los que pertenecemos, los de nuestro país o nuestro Estado,
olvidando que los humanos somos, en principio, miembros de la misma especie y
que podemos hacer extensivos al conjunto de la humanidad los derechos y deberes
reconocidos por los Estados identificarnos con los intereses de la humanidad.
Una verdadera ciudadanía, una ciudadanía integral (“íntegra”, desde el punto de
vista moral) no puede olvidar el vínculo que une a todas las personas.
La verdadera ciudadanía, escribe el ex director
general de la UNESCO Federico Mayor Zaragoza (1934), “se vive y experimenta
también a escala planetaria, sobre todo en la responsabilidad que todos
asumimos respecto al medio y a los derechos de las generaciones futuras”. Como
miembro de una sociedad concreta tenemos que actuar con civismo. Como
ciudadanos y ciudadanas del mundo, tenemos que cuidarlos y respetarlo. Por
dichas razones, los ciudadanos y las ciudadanas han de hacer compatible el
compromiso con su comunidad con el compromiso con los intereses globales de la
humanidad.
La ciudadanía global o cosmopolita expresa todo el
potencial universalizado de los valores de la igual dignidad y de la libertad
de todos los seres humanos, que son el eje de los derechos humanos y abren la
posibilidad de una ética mundial. Los derechos humanos son derechos subjetivos
que derivan de nuestra condición de seres humanos, no de nuestra nacionalidad.
Por tanto, son universales y se atribuyen a todos los humanos con independencia
de su nacionalidad, religión, color de piel, posición social o cultura. Los
derechos humanos son la base para construir una ciudadanía universal; para
lograrlo, debemos adquirir una conciencia cosmopolita que nos haga sentir a
todos los seres humanos ciudadanos y ciudadanas del mundo
lunes, 1 de diciembre de 2014
DEFINICIÓN DE CIUDADANÍA
DEFINICIÓN DE CIUDADANÍA
Se denomina ciudadanía a la
pertenencia a una determinada comunidad política. Es decir, la ciudadanía es lo
que expresa la pertenencia de un individuo en una sociedad dada en la que por
supuesto participa activamente en todos sus niveles.
En occidente por ejemplo el ciudadano dispone de una serie de atributos legales
y al mismo tiempo integra la comunidad política de la nación en la cual
participa.
El ser un ciudadano de tal o cual territorio implica tener desarrollado el
sentimiento de pertenencia y de identidad de ese lugar geográfico y en el cual,
claro, se interactuará socialmente con responsabilidad y disponiendo de
derechos y respetando las obligaciones pertinentes que surjan de ese status.
Por caso, la ciudadanía otorga
una serie de derechos y obligaciones que deben ser respetados. Entre los
derechos puede citarse el derecho a votar y elegir a las autoridades que se
consideren pertinentes, como asimismo participar de cualquier bien que se
derive de la participación comunitaria. Entre las obligaciones puede citarse, a
modo de ejemplo, la obligación de pagar impuestos; puede resumirse este aspecto
en el cumplimiento de la ley en general.
El término ciudadanía para
hacer alusión a esta participación comunitaria debe su uso a circunstancias
históricas que nos retrotraen a la civilización griega. En esa época, la
organización política estaba centralizada en cada ciudad, que conformaba un
verdadero estado. Es particularmente famoso el ejemplo de Atenas, que consistió
en el primer caso de ejercicio de la democracia. En estas ciudades solo se
consideraban ciudadanos a los hombres, en la medida en que solo estos podían
tomar las armas para proteger la ciudad ante potenciales ataques externos. Esta
concepción de la ciudadanía fue adoptada y desarrollada por el Imperio Romano.
Ser ciudadano,
En tanto se denomina con el
término de ciudadano a aquel individuo que es natural, es decir, nació o
es vecino de un determinado lugar geográfico (estado) y que entonces como tal
es sujeto tanto de derechos civiles como políticos los cuales se hayan
contenidos en la normativa vigente, tal es el caso de la constitución nacional
y de las leyes nacionales.
Por caso, como ciudadano, un
individuo está obligado a cumplir con esas obligaciones que se le demandan y
asimismo deberá hacer valer sus derechos cuando corresponda.
Históricamente cuestiones como
la raza, la extranjería, la etnia, la religión, el sexo, la edad y el
nacimiento han delimitado la denominación de ciudadano de tal o cual lugar y
por tanto han sido causales de exclusión de aquellos que no cumplían con
algunas de ellas consideradas como obligatorias.
Ha habido numerosos y
reconocidos movimientos sociales que han bregado contra la discriminación y a favor de la
inclusión.
Cabe destacarse que aquellos
que residen temporalmente en una nación y no disponen de la documentación
requerida no serán considerados como ciudadanos sino como residentes
simplemente.
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